¿Ganar dinero o seguir un sueño? (con Gildedguy) / Parte 2
Tras un golpe de inspiración, Michael puso más empeño en sus pinturas por la noche. Sin embargo, ¿a dónde lo llevarán sus esfuerzos?
Interpretando “Gildedguy gets up” (parte 2)
Acto III: Descubriendo mi vocación
—1 año más tarde—
“Abigail, ¿podrías decirle a mi hijo que me busque antes de salir con ustedes?” Le pedí a una compañera de Michael. Ella es una mujer prometedora, sería bueno que salieran alguna vez. Sin embargo, ella esquivó mi mirada un momento, y luego me la devolvió con una sonrisa incómoda.
“Señor Dominic, Michael ya no sale con nosotros los viernes”.
¿Oh…?
“¿En serio? ¿Ocurrió algo?”
“No realmente. Es solo que él prefiere quedarse en la fábrica a pintar,”
“¿A pintar?”
“Sí. Pero, no pinta los carteles de siempre, creo que le gusta pintar caballeros, batallas y cosas por el estilo. Empezó a quedarse más a menudo desde que hizo los carteles.”
¿En serio…?
“Vale, entonces volveré más tarde a hablar con él. Intentaré convencerlo de que salga con ustedes otra vez.”
“No, no se preocupe señor.”
¿?
“Es verdad que ya no sale con nosotros, pero su ánimo ha estado mejor que nunca. Si pintar en las noches lo hace más feliz, entonces no me molesta.” Ese comentario me sacó una sonrisa.
“Entiendo. Muchas gracias, Abigail.”
Igual hablaré con él en la noche. Michael aún no empieza una familia, y nunca lo hará si se la pasa pintando todo el tiempo.
—Esa misma noche—
La fábrica estaba oscura, con solo la luz de la luna como acompañante. ¿Cómo puede trabajar mi hijo así? Tiene suerte de que tenemos ventanas grandes. Me acerqué al puesto de trabajo de mi hijo, y lo que encontré me disgustó un poco.
“Tanto de día cómo de noche, sigues quedándote dormido en el trabajo…”
Michael descansaba sobre su estación, que esta vez tenía un infantil dibujo de un caballero. Me acerqué a él, y le dí un golpecito a su mesa para despertarlo.
“¡Ah! ¡¿Qué…?! ¿Papá?” Balbuceó mientras recuperaba el conocimiento.
“¿Dejaste de salir con tus compañeros para hacer esto?” Pregunté, sin esperar una respuesta a cambio.
“¿Eh? Yo… Sí”.
“Deja de hacerlo, hijo. Relacionarte con tus compañeros es sano para ti… Aunque, preferiría que salieras con Abigail a solas, para variar.”
“Papá…”
“Yo solo digo, hijo. Ya tienes un empleo estable, ahora es turno de formar una familia.” Michael gruñó con exasperación ante mi comentario. Mejor cambio de tema. “En fin, quería hablar contigo a solas. ¿Podrías acompañarme a mi oficina?”
“¿Ah…? Claro. Déjame despertarme un poco y te alcanzo.”
—Minutos más tarde, en la oficina de Dominic—
“Ya estoy aquí, papá. ¿Qué querías decirme?” Le pregunté luego de entrar. La luz de su oficina era tan brillante que me molestaba en los ojos. En serio prefiero la luz suave de la luna…
“Hijo, ya tienes más de 4 años en la fábrica, y eres uno de nuestros mejores pintores” Explicó tras levantarse de su silla. “Por eso, creo que es el momento correcto para entregarte esto.”
Papá tomó algo de su escritorio. No lo vi antes por el exceso de luz, pero se trataba un casco —Un casco idéntico al suyo, pero de color blanco—, en el que pronto depositaría un gran saco de monedas.
“Papá… ¿Qué es esto?”
“Tu ascenso, hijo mío. Es momento de que te conviertas en supervisor, tal y como lo soy yo ¡Así seguirás creciendo en la empresa!”, explicó con entusiasmo. “También incluí tu primer pago, para que pruebes lo mucho que aumentó tu salario”.
Los ojos de papá brillaban junto a su gran sonrisa. No recuerdo la última vez que lo vi tan entusiasmado. Y eso me avergonzó aún más, porque no imagino el pánico que debe reflejar mi rostro ahora.
“Papá, no puedo aceptar esto.”
“¿Por qué no, hijo? ¡Te lo ganaste!”
“No, me expresé mal. No quiero esto.”
“¿Qué?”
“Papá, no disfruto este trabajo. Me la paso como un zombi todos los días.”
“Eso es porque eres pintor. Cuando empieces como supervisor…”
“¡No…! No quiero ser supervisor. No quiero tu trabajo. Ni siquiera sé si quiero mi trabajo…”
“¿Y qué se supone que quieres?”, su alegría de antes se convirtió en ira. “¿Dibujar esas estúpidas caricaturas de antes?”
“… ¡Sí! ¡Yo amo dibujarlas! He estado investigando. Es difícil y no paga muy bien, pero creo que podría…” Aquí, la cara de papá lucía como si estuviera saboreando algo desagradable. Mi ánimo se apagó con su expresión.
“¿Abandonarías un trabajo estable por semejante tontería?”
“Papá, yo…”
“No quiero escucharlo. El lunes empieza tu entrenamiento como supervisor. Nos vemos aquí, durante la tarde.” Explicó, antes de salir por la puerta. Se detuvo solo un momento antes de irse para decir “cierra con llave cuando te vayas”.
Acto IV: Tomando una decisión
—Momentos más tarde, fuera de la oficina de Dominic—
Respiré profundo, y empecé a caminar de vuelta a mi puesto de trabajo. No sé por qué, pero la oscuridad de la fábrica en serio me relaja…
La fábrica era enorme. Había unos 5 pisos de distancia entre el suelo y el techo, con máquinas y estaciones de trabajo a lo largo y ancho de la instalación. Tendría que caminar durante algunos minutos para volver a mi puesto. Pero, por fortuna, la luna iluminaba el camino a través de muchas ventanas en paredes y techo.
Logré relajarme un poco en el camino de vuelta, aunque aún me sentía inquieto. No podía huir del casco que descansaba sobre mis manos, menos con el saco de dinero que aumentaba su peso. Pero, todo aquello se desvaneció cuando vi mi más reciente dibujo en la distancia.
Me acerqué a él con ánimo. Se trataba del mismo caballero de armadura dorada, aunque sus ojos ahora tenían el mismo verde que descubrí hace un año. El caballero protagonizaba una escena compleja, con trazos y colores que demostraban gran maestría.
He pintado cada día de los últimos 4 años. Pero no sabía que yo era capaz de hacer algo así.
Hice el casco a un lado y examiné mi obra con una gran sonrisa en el rostro. Se trataba de una batalla entre el caballero y un dragón. Aquella escena me emocionaba mucho, y no paraba de imaginar diferentes formas de plasmarla. Pero, solo fue cuestión de tiempo antes de que el casco volviera a mi rango de visión.
Mi sonrisa se convirtió en una mueca, antes de desaparecer. Un vistazo al reloj reveló que era hora de volver a casa (no podía pasar la noche aquí un viernes, después de todo). Sin embargo, eso significaba que…
Supongo que es hora de borrarlo… De nuevo…
Con un suspiro, llené un balde de diluyente y regresé a mi obra. Dudé por unos segundos, y lo arrojé. El color empezó a diluirse y, por reflejo, dejé el balde abajo para recoger la pintura. Luego, me dejé caer sobre mi silla, con un ánimo similar a la pintura que se derretía a mi lado.
¿Qué debería hacer ahora…?
Me encantaría dedicarme a esto, pero… ¿Abandonar mi salario para perseguir un sueño? La idea de no ganar dinero me aterra, y nada garantiza que tendré éxito…
¿?
Un brillo color verde llamó mi atención. Reconocí el color verde de inmediato, pero algo era diferente esta vez. Me acerqué a ver el balde de pintura diluida, que ahora iluminaba mi alrededor de un modo que parecía mágico.
Intenté ver si había caído algo dentro, pero lo que encontré fue mi propio reflejo brillando con mucho color. Solo entonces me di cuenta de la expresión en mi rostro.
Esto no está bien… Nadie debería sentirse así…
Entonces, algo saltó a mi vista en el reflejo. Una estrella brillaba más que las demás junto a mi rostro. Levanté la mirada hacia el tragaluz sobre mí, y la encontré allí, inalcanzable como mi sueño, y brillando con fuerza.
No… Quizás no puedo alcanzarla ahora, ¡pero está allí…! ¡Y nunca la alcanzaré si me quedo atrapado aquí!
En un impulso, levanté el balde y arrojé la pintura de nuevo sobre el lienzo de madera. Quería pintar de nuevo para soltar lo que sentía. Pero, entonces… ¿La pintura sigue en el aire?
Arrojé la pintura con más fuerza de la usual, haciéndola salpicar en todas direcciones. Sin embargo, las gotas que saltaron se quedaron flotando en el aire, mientras brillaban con la misma magia que noté momentos atrás.
“¿Qué rayos…?” Intenté tocar una de las gotas y esta se deslizó, dejando un rastro como si el aire mismo fuera un lienzo. Acaso…
Tomé uno de mis pinceles y lo bañé en el exceso de pintura del lienzo de madera. Luego, intenté pintar en el aire y… ¡Funciona! ¡La pintura se queda!
Empecé a experimentar con la pintura de inmediato. No entendía del todo lo que ocurría, pero estaba muy ocupado divirtiéndome como para intentar descifrarlo. Mis dibujos en el aire se desvanecían con el tiempo, del mismo modo en que yo borraba la pintura de los lienzos de madera. Sin embargo, le daban a mis pinturas una vida que jamás habían tenido. Mis trazos se movían, dándole vida a mis creaciones, aunque fuera por pocos segundos.
Esta magia… Me recuerda al poder de papá para manipular dinero. Acaso, ¿es algo que ganas cuando descubres tu vocación?
Levanté la mirada hacia la misma estrella que vi antes. Se sentía lejos. Pero, al mismo tiempo, sentía que si estiraba mis manos, si me esforzaba en serio, podría alcanzarla.
No disfruto mi trabajo en la fábrica. Venir aquí durante el día se siente como un castigo… El dinero es importante, lo necesito para comprar comida, y hay muchas cosas bonitas que puedo comprar con él. Pero, preferiría disfrutar cada uno de mis días, aunque eso signifique ganar menos…
…
La solución es obvia, pero también da mucho miedo. No sé si tendré éxito. Pero, una cosa es segura: si no lo intento, entonces nada va a cambiar.
“Hace más de un año empecé a prepararme, con la esperanza de lograr un cambio algún día… Pero los cambios no llegan por sí solos. Este cambio tengo que causarlo yo. Y llegó el momento de hacerlo, antes empezar otro trabajo que no deseo…”
Continuará…
Nos vemos en la parte 3 😉
Atte.